domingo, 12 de agosto de 2012

PARA VOS 10.



Leandro Atilio Romagnoli, mucho mas que un jugador de fútbol. ¡ No te vayas 10!...

Se hace difícil escribir en esta situación, algo se apagó, algo se quebró, algo ya no es lo que tenía que ser. Malditos aquellos 40 minutos del segundo tiempo. Maldito sea el Mariano Kempes que con su césped cortado a la perfección hizo que se apagara la magia, el estilo, el fútbol solo por un rato. Malditos sean esos sponsors que desde abajo poseían una vista privilegiada de la peor lesión.  Malditos sean aquellos que vestidos de celeste se aliviaban de saber que por esa tarde mucho no ibas a poder hacer. Maldito sea este mes, esta semana y es sábado.

Épocas gloriosas vivimos hacia fines de los ’90 cuando entraste con sólo 17 años y un enorme camino por recorrer que hasta tu madre y tu padre estampado en el pecho de tu cuerpo fueron testigos de esas maravillas que solamente alguien diferente podía hacer. De mi lugar, solo me quedaba verte, abrir los ojos cuando agarrabas la pelota y encarabas como si fuera fácil llegar a la primera de un club. No me saco de la cabeza tus goles, tus gambetas, tus caños que humillaban al rival, tus títulos en el club, en la selección, tus declaraciones que solamente un grande podría hacer, tus gestos fuera de la cancha como ir a hospitales y preocuparte por cosas que no tendrías porqué hacerlo. Pasaban los momentos y seguías siendo una joven promesa que al hacer un gol no se lo dedicabas a alguien que no sea tus padres debajo de una camiseta empapada por el sacrficio y el juego, diferentes cambios de “look” en el pelo, mas tatuajes pero el amor hacia la pelota seguía siendo igual. Aquel eterno año 2001 donde de tu mano y la de tu buen amigo Bernie Romeo nos dieron la satisfacción mas grande, la primera Copa Internacional del club.

Las despedidas nunca son buenas pero era algo necesario para que sigas creciendo como futbolista y como persona. Envidio a México y Portugal que vieron como crecía de a poco la magia, y maldigo a aquellas personas que cada vez que tenías la pelota no hacían otra cosa que pegarte, lastimarte y herirte. 

Se acercaban momentos difíciles para el club por el 2009 y vos, estando cómodo e instalado en Portugal decidiste volver, volver a tu segundo hogar, volver a donde siempre serás bienvenido y donde nadie te dio la espalda, volver a San Lorenzo.

No hace falta ser un excelente futbolista para ser querido por todo un club, solamente los gestos son lo que te hacen grande, y vos Leandro Atilio, los tenes, pero tenes la particularidad que se juntan las dos cosas. No quedan otras palabras que decirte gracias, gracias por siempre involucrarte en el club, por sentir la camiseta como muy pocos lo hacen hoy en día. Gracias por estar en el peor momento del club y, a veces, no jugar con los pies, sino con el corazón. Ahora entre lágrimas que se desplazan por toda mi nariz, te pido que superes este pésimo momento, que no estas solo, que nunca te vamos a dejar tirado porque no te lo mereces, vamos a salir de este obstáculo que nos deparó la vida, seguiremos adelante con entrega y garra. Pido que nunca se acabe la magia, que sea para siempre. No te des por vencido. Pipi, te juro que en los malos momentos, siempre te voy acompañar.
Joaquín López G.
TW:@JoacoLopezG

1 comentario:

  1. Excelente, excelente como siempre. Las palabras justas para un sentimiento inexplicable. ¡En todas con vos, ídolo!

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