El más criticado fue el técnico Matías Jesús Almeyda que en
las 38 fechas de su primera etapa como DT utilizó a 31 jugadores diferentes y
nunca pudo encontrar el equipo que le dé la firmeza que estaba obligado River a
buscar. Probó con distintos esquemas, con distintos nombres, con distintos métodos
de juego, muchas veces le salieron bien, otras veces mal pero nunca bajó los
brazos y siguió adelante con su objetivo de rescatar al equipo de Nuñez de esa
pesadilla eterna. Apostó por jugadores juveniles como Lucas Ocampos, los
hermanos Funes Mori, entre otros y algunos con la experiencia de todo una trayectoria
en la espalda como es el casi de Fernando Cavenaghi, de un Alejandro Dominguez,
incluso de un David Trezeguet. Pero no
perdió el enfoque y le devolvió la vida a los hinchas millonarios, a esas
personas que acompañaron al equipo juegue donde juegue, provincia a provincia.
Por eso, luego de pésimas gestiones en la presidencia de
José María Aguilar y Daniel Pasarella, el actual presidente debe bancar el
proyecto de Almeyda, darle una oportunidad para demostrar para qué esta Matías
como director técnico, pero eso si, debe encontrar el equipo…
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